Aaron navega en la política de la prisión al aceptar representar al supremacista blanco Joey Knox a cambio de poder demandar a la policía por la retención de sus archivos, a pesar de que Henry Roswell, su patrocinador estatal, le aconseja no hacerlo, defendiendo que es imposible que salga bien. Wallace habla con Knox sobre las imágenes de su pelea y le ruega que diga la verdad, prometiendo sacarlo de la soledad si lo hace. De vuelta en su celda, Wallace llama a su ex mujer María y le pide que deje que Ronnie visite la prisión para que pueda conocerlo.